- http://www.facebook.com/pages/FCEDA-FUNDACION-CONTRA-EXPOLIACION-DE-ANIMALES/205897349425546
- http://www.greenpeace.org/espana/es/
Matar, desposeer y quitar la vida a
los animales es un tremendo negocio. Muchas personas están convencidas de que
la matanza de animales es un hecho imposible de evitar. Piensan así por hábito
y por tradición. Han sido condicionados a aceptar que los animales de las
granjas se crían con diversas atenciones, van a los mataderos con resignación y
son convertidos al final en filetes sin soltar un gemido o, a lo sumo, unos
pocos.
La explotación y asesinato de
animales es un negocio sobrecogedor. Todo
es repulsivo, macabro y horrendo. Muchos creen que los animales han sido
creados para la matanza y el alimento del ser humano. Son varias las razones
por las que una persona puede pensar esto, pero ésta debería dar un pasito
hacia atrás Y ver lo que en realidad está sucediendo cuando ingiere animales.
Los negocios ganaderos tienen un
único objetivo, el máximo beneficio con los mínimos gastos. Ninguna moral
acompaña a sus actos. La armonía con la tierra, el equilibrio ecológico y el
amor por la Tierra y sus criaturas no cuentan para nada: no dan ganancias. Las
“granjas-fábrica” exigen cada día mayor rapidez, animales más voluminosos,
menor coste de alimentación por cabeza de ganado y mayores beneficios. Los
animales, para los negociantes ganaderos, no son más que números y dinero.
El transporte también es una
experiencia terrible. Para el transportista de animales el tiempo es dinero. Ya
no sorprende a nadie que en los días de calor sofocante o de temperaturas bajo
cero mueran algunos animales. Otros mueren de miedo. Los animales contraen la
“fiebre del transporte”, un tipo de pulmonía que mata al uno por ciento de ellos. Algunos animales
llegan con los pulmones destrozados y con otras heridas debidas al traslado y
poco espacio de que disponen. Las heridas y muertes disminuyen los beneficios,
pero aún así, muchos ganaderos prefieren meter más animales por camión si les
sale más a cuenta. Cuando acaba el transporte comienza la angustia y el estrés.
Los animales transportados a naves de engorde, confusos y amedrentados por el
trato recibido y el primer cambio de hábitat, tienen que atravesar pasillos en
los que son rociados de insecticidas, para ser posteriormente castrados,
descuernados, marcados e inyectados con diferentes productos químicos.
El sacrificio:
Quienes tengan dificultades para
hacerse idea de la vida en una granja/fábrica pueden compararlo con la situación
que vivirían los animales caseros. Imaginemos cinco perros metidos en una
pequeña jaula, incapaces de moverse. Sin dientes para que no se muerdan entre
ellos y en carne viva por el roce de su piel con los barrotes metálicos.
Imaginemos 10 o 50.000 aprisionados durante un año o más. Perros en cajas
apiladas unas sobre otras. Imaginemos el olor y el ruido… Muchos enfermos y con
heridas, ladrando su agonía ante humanos insensibles.
Los perros, gatos y caballos pueden
estar protegidos por las leyes de estas brutalidades. Pero no hay compasión
para los animales destinados a la carne. Las barbaries de la ganadería
intensiva son aceptadas e incluso deseadas, ya que mantiene bajos los precios.
Irónicamente, el producto de tantas vidas atormentadas es comido a diario por
personas que enrojecerían de ira si vieran al perro del vecino atado durante
mucho tiempo o a una pandilla de niños torturando a un gato. Pero, el
occidental medio sólo se acerca a los animales de las granjas cuando se los
come y lo hace creyendo que éstos tienen una vida y una muerte “humanitaria”.
Muy buena informacion Iuug animales RAROS!!! hahaha tendre pesadillas jaja okno >.<
ResponderEliminarHhaha no! :DD!
ResponderEliminarMuy triste : (. Bien bonito tu blog!
ResponderEliminargracias! :D
Eliminar